lunes, 7 de febrero de 2011

Corazón tan blanco



"(...)se quitó el sostén y se busçó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos de que la niña hubiera abandonado  la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante unos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron como mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él. Llevaba la servilleta en la mano, y no la soltó hasta que al cabo de un rato reparó en el sostén tirado en el bidet, y entonces lo cubrió con el paño que tenía a mano  o  tenía en la mano y sus labios habían manchado, como si le diera más vergüenza la visión de la prenda  íntima que la del cuerpo derribado y semidesnudo con el que la prenda había estado en contacto hasta hacía muy poco. (…)”.



He plasmado esta hitoria sobre un plano del interior de la casa donde se desarrolla el drama, en este se representa a todos los invitados con la imagen de los ojos, en los que se reflejan la sangre que derrama el cuerpo de la niña, llama la atención la figura del padre donde por el contrario se refleja el sostén que aparece oculto por la servilleta en el baño.

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